POEMAS DE HUGO LINDO
Teníamos que decirnos muchas cosas
y no hallábamos cómo.
Era mejor así. Corría el tiempo
y envejecíamos con él.
Y eso era hermoso.
Porque pensando apenas, o sintiendo y pensando,
o nada más sintiendo,
adivinábamos
lo que es el zumo de este testimonio:
teníamos que decirnos muchas cosas,
pero ¿cuáles?
¿Y cómo?
11
Amor amor amor amor setenta veces,
setenta veces siete veces.
Amor amor amor amor. Nadie habrá que lo olvide.
Siempre quién lo recuerde.
27
Los ojos fueron el primer idioma
y las tímidas manos el segundo,
la palabra, el tercero, y es el cuarto
este callar sencillo, pero juntos.
35
Y si a mí me preguntaran por tu fuerza
de enredadera en flor, de irresistible
fragancia, de rocío refrescante,
de amoroso follaje y sombra firme,
¿cómo responderé lo que no puede
sin menguar, decirse?
Benedetti... no podía faltar...
CHAU NÚMERO TRES
Te dejo con tu vida
tu trabajo
tu gente
con tus puestas de sol
y tus amaneceres
sembrando tu confianza
te dejo junto al mundo
derrotando imposibles
segura sin seguro
te dejo frente al mar
descifrándote sola
sin mi pregunta a ciegas
sin mi respuesta rota
te dejo sin mis dudas
pobres y malheridas
sin mis inmadureces
sin mi veteranía
pero tampoco creas
a pie juntillas todo
no creas nunca creas
este falso abandono
estaré donde menos
lo esperes
por ejemplo
en un árbol añoso
de oscuros cabeceos
estaré en un lejano
horizonte sin horas
en la huella del tacto
en tu sombra y mi sombra
estaré repartido
en cuatro o cinco pibes
de esos que vos mirás
y enseguida te siguen
y ojalá pueda estar
de tu sueño en la red
esperando tus ojos
y mirándote
MEJOR TE INVENTO
Estás alicaído, estás dudando,
no te alcanzan las pruebas ni las preces,
cada Dónde te ofusca, cada Cuándo.
Recorres el confort, las estrecheces
que quedaron atrás y es razonable
que reclames la vida que mereces,
las ventanas de paz, el techo estable.
Pero yo, te confieso, prefería
(cómo querés, hermano, que te hable?)
cuando tu vieja angustia estaba al día
con la angustia del mundo, cuando todos
éramos parte en tu melancolía.
Sé qué polvos trajeron estos lodos
pero saberlo no es la mejor suerte.
Inventaré quién sos. De todos modos.
inventarte es mi forma de creerte.