martes, 2 de junio de 2020

Fe

No escribas a quien no merece tus versos.
No ofrezcas detalles si crees que no debes hacerlo.

Levanta tu cara, mira hacia el frente
no te desanimes ni pierdas la fe.
Tarde o temprano el panorama desvirtúa
aquello que parecía una verdad.

Nada es eterno.
Todo pasa.
Todo es breve 
y el tiempo no alcanza.
Por eso, 
ríe, ama, goza, 
perdona
y sigue adelante.

Que Dios no  te deja 
ni te desampara.
Tremenda verdad
y dolor al incrédulo.


Hoy solo resta
bendecir y agradecer.

sábado, 30 de mayo de 2020

Mañana de lluvia


Y así se pasan los días, frente a la ventana del alma...

Día gris
Recuerdos
Cristales húmedos
Lluvia, tormenta, diluvio
Ojos, cabello, ropa
todo se moja bajo tu manto.
Corre el río bajo mis pies
pero nada elimina 
esos vagos recuerdos
ese olor penetrado en la piel...
Pasa el día, llega la noche
y tras los cristales sigue el invierno 
y así está mi alma 
desde que te dije adiós. 
Las fechas pasan
en un calendario viejo
y la mente retiene lo que puede sentir
lo pasado y vivido,
lo robado y temido,
lo soñado y anhelado
se quedó, se fue, me dejó
por irse a vivir contigo.

sábado, 13 de octubre de 2018

Remember


Solía verte desde lejos. Llevabas pantalones cortos, medias altas, el pelo alborotado y una sonrisa polvorienta al atardecer. En esos días, me sentaba en una banca para verte jugar. Ni siquiera te dabas cuenta de mi presencia. Apenas notabas que una niña podría ser fiel seguidora de un equipo de niños inexpertos.Así se fue el tiempo, entre viajes, despistes y juegos. Los caminos se bifurcan en circunstancias inexplicables.

     La tarde en que te volví a ver, aún llovía. Atravesaste la calle con un niño de la mano y una mujer a tu lado. Se conjugaron los recuerdos en verbos trasladados de presente a pasado. El niño famélico era un padre de familia, un esposo apreciado, un verso deshojado.

     La lluvia besó mi rostro. No sabía si era llanto de emoción o de dolor. Volverte a ver fue una ilusión, un sueño, un deseo que se esfumó con la llegada del sol.


sábado, 16 de junio de 2012

El ladrón


No lo había previsto pero allí estaba. La puerta entreabierta y la ocasión latente para hacerse de algo a la pasada. Su instinto pudo más que la mente. Entró y sintió como si alguna vez hubiese frecuentado ese mismo sitio. Con la luz de luna colándose por la ventana.
Miró alrededor. Apenas hallaba el pretexto para quedarse y se adivinó observado. Al girar se topó de golpe con una mujer. Bajó la vista y aún así pudo reparar en sus formas. Estaba oscuro, ella vestía ropaje gris. Quiso excusarse, echó mano a discursos torpes, a justificaciones inconclusas y titubeantes mientras se reincorporaba. Y se vio en los ojos de ella. Esos dominantes ojos que parecían espejo de sí mismo.
Su primer impulso fue arrancar pero observó que ese rostro derramaba una lágrima. Olvidó el lugar, la circunstancia y la consecuencia. La abrazó fuerte y sintió un tibio apego en su piel, un mágico llamado en su latido. La besó y mientras su razón trataba de hacer piso, el corazón rogaba por perpetuar aquel minuto. Nunca se sintió mejor en la vida.
Fue allí cuando escuchó pasos y sin pensarlo corrió despavorido. Mientras se alejaba pensó en regresar, en que ella entendería. Tal fue su duda, su miedo a decepcionar y sentir el rechazo ingrato, que continuó la angustiosa marcha. Acelerado, con un ahogo quemante en el pecho.
Unas horas después subiría a un bus con destino lejano. Huyó protegiendo su negro y vapuleado ego como tantas veces. Al llegar sintió ligero el equipaje. La duda pudo más y revisó cada valija con acuciosa prudencia. Todo estaba allí, tal cual lo empacó. Entonces, se puso frente a la ventana, miró el cielo aspirando las confusiones de un cigarrillo y dio otra vez con la luna. Fue cuando entendió que esta vez era sujeto del hurto. Que fue a él a quién le robaron algo…

miércoles, 21 de marzo de 2012


 Noche eterna 

Tus ojos grisáceos están tristes,
tus fràgiles manos se sujetan con miedo a mi brazo.
Estàs a mi lado y quieres irte.

¡No me dejes... no tú!

Acuèrdate de cada beso y cada caricia que me diste,
de cada palabra de aliento y consuelo que me brindaste.
Tu verano se ha vuelto invierno,
te pesan los años, te pesa la vida.
Miras y no encuentras nada,
todo alrededor es tinieblas, vacío, soledad.
Tus longevas  manos  apenas perciben
el paso de los años, el dolor del hastìo.
Alzas tus ojos a un horizonte mortal,
cuando tu reloj de arena quiere dar marcha atrás.
No me dejes abuela, no ahora
que disfruto tanto tu compañía
que se me rompe el alma a pedazos
con solo pensar que un dìa ya no estaràs…

Quisiera regresar el tiempo, acariciar tu frente
y pensar que recuerdas las cosas antiguas.
Pero mortal es la vida, que destruye recuerdos
y entierra mi nombre entre tus  pensamientos.
Hoy llueve abuela, es marzo… pero en mis ventanas del alma
llueve copiosamente como el peor de los inviernos,
como la màs grave de las tempestades.

Te quieres ir… sè que estàs triste.
Yo lo estoy igual… me duele tu diaria penumbra,
los negros días, tu dolor senil, tu lamento de niña…
me duele abuela no poder darte mis ojos esta noche
para que no sufras ni llores en la oscuridad.

Te amo abuela...

Su Avalos

miércoles, 14 de marzo de 2012

  Despedida  
Cerró los ojos. Iba camino a casa y el transporte público no aparecía. La gente se mezclaba entre colores y olores  propios de un caluroso marzo. Su teléfono sonó y miró a los lados para evitar compañía. La voz se le entrecortó, alcanzó a mencionar su nombre, acá estoy, sigo acá. Te estoy esperando. Pero no volvió.
Dos días después, su madre y hermanos la lloraban en un ataúd. Las bancas cercanas murmuran lo ocurrido esa tarde, nadie más se atreve a mencionar el tema. Me pregunto por qué...


Su Avalos
Marzo 14  de 2012

sábado, 10 de marzo de 2012

Tema perdido
Hay temas de amor en la puerta
esperando que les deje pasar.
¿Cuándo, dónde? -- no lo sé.
Cierro los ojos y les siento
entre mis brazos, entre mis labios.
Las estrellas metidas en mis párpados
húmedos, nostálgicos, vehementes.
Un día, no lo se,
entrarán en mis notas,
en mis cuadernos seniles
de amores extraviados.
Para entonces habré muerto
y si la risa enclaustra la vida
ellos resucitarán 
en la voz del que lea, 
en el alma de aquel enamorado
que no sabe 
cómo, cuándo ni dónde
fue raptado su corazón...

Su Avalos
Marzo 11