Despedida
Cerró los ojos. Iba camino a casa y el transporte público no aparecía. La gente se mezclaba entre colores y olores propios de un caluroso marzo. Su teléfono sonó y miró a los lados para evitar compañía. La voz se le entrecortó, alcanzó a mencionar su nombre, acá estoy, sigo acá. Te estoy esperando. Pero no volvió.Dos días después, su madre y hermanos la lloraban en un ataúd. Las bancas cercanas murmuran lo ocurrido esa tarde, nadie más se atreve a mencionar el tema. Me pregunto por qué...
Su Avalos
Marzo 14 de 2012
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